El domingo pasado día 28 de agosto me decidí volver a intentar mi aventura con las orquídeas. De hecho me han gustado siempre mucho y me ha dado muchísima rabia cada una que se me ha muerto. La última difunta, la que me compraron mis padres cuando por fin terminé la carrera en junio. Quizás falta de tiempo, falta de luz, falta de un lugar idóneo, está claro, la cuestión es que no había manera de salvar ninguna.
El martes siguiente volví a comprarme otra, esta vez la de color amarillo-verdáceo.
La primera había sido la de color rosa pálido y parece que el ambiente les gusta, detrás de un gran ventanal con una cortina blanca que deja pasar gran cantidad de luz. Mi madre, que tiene unas 40 plantas aproximadamente, me regaló una bandeja de acero inoxidable fabricada por mi padre, en la que puso toda la base de fibra de coco y que voy rociando día sí, día no, para mantener la humedad de las plantas. La verdad es que es un gran utensilio que te permite regar sin tener que preocuparse por manchar nada.
Os dejo con las fotos de las phalaenopsis, esperemos que estas tengan mejor suerte!
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| Phalaenopsis color rosa claro |
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| Phalaenopsis color amarillo |
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| Phalaenopsis en la bandeja de acero inoxidable cubierta por fibra de coco |
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